La batalla que libra el Presidente Hugo Chávez contra la enfermedad que sufre, respaldado por el apoyo moral de la mayoría del pueblo venezolano y gran parte del pueblo latinoamericano y mundial, ha transitado por el trillado camino de las terapias de sanación trazadas por los intereses de la industria farmacéutica y médica mundial, cuyos protocolos han sido grabados con cincel en todos los pensum de estudios de las academias de medicina y universidades de todo el mundo, como parte de una política colonial global supervisada por la Organización Mundial de la Salud (OMS), un organismo de la Organización de Naciones Unidas (ONU) que nació como una esperanza para mejorar la salud de los pueblos, pero el cual no demoró mucho tiempo en convertirse en un órgano mediador y regulador de los intereses de las corporaciones transnacionales farmaceúticas y médicas. A partir de ese momento, todas las políticas de salud recomendadas a los países miembros de la ONU por la OMS responden a los intereses de las corporaciones transnacionales de la industria médica y farmacéutica, y no a los intereses de los pueblos.
La coyuntura política de la lucha emancipadora de los pueblos, está vez al igual que otras en el pasado, desperdicia el potente poder como símbolo social popular que representa el Presidente Hugo Chávez, dejando pasar sin pena ni gloria una oportunidad de oro para golpear al sistema clientelar-consumidor de la industria de la salud moderna, defensora una medicina que ya no cura a nadie de manera definitiva sino que convierte a los pacientes y sus dolencias en enfermos crónicos, en consumidores permanentes de fármacos, pasando estos de pacientes a clientes, convirtiéndose en consumidores de pastillas, procesos químicos y radiaciones mediante los que transfieren buena parte de sus ingresos económicos durante largo tiempo (a veces de por vida) a las arcas de las corporaciones médicas, incrementando las ganancias y elevando el valor de las acciones de la industria transnacional farmaceutica y médica mundial.
En la acera de enfrente, desde hace tiempo se viene abriendo paso por los caminos verdes que trazan los pueblos a contracorriente, su contraparte, la medicina científica alternativa preocupada por el paciente su sanación y recuperación, desinteresada en prolongar el consumo de fármacos y alejada de los protocolos de terapias basados en someter a los pacientes a procesos químicos y radiaciones de consumo masivo.
Entre las diversas manifestaciones de la medicina científica alternativa se encuentran aquellas que exploran las propiedades curativas de las plantas medicinales, el uso de elementos químicos básicos, la recuperación de terapias curativas de pueblos ancestrales, aplicaciones de corrientes electricas de alta frecuencia y bajo voltaje en el cuerpo, aplicación de pulsaciones magnéticas en las zonas linfáticas y la práctica de autocuración psicológica apoyada por los resultados obtenidos por la larga práctica del efecto placebo.
Los videos La matriz de la vida y la conferencia de Andreas Kalcker El milagroso dióxido de cloro, nos introducen en los espacios por donde transita el conocimiento de la medicina científica alternativa. La salud de los pueblos es un importante espacio de lucha, un aspecto relevante en la vida de los pueblos para abordarlo en el camino hacia la transformación social. Ambos videos aportan un conocimiento crítico que contribuye a estimular un cambio de actitud de los pueblos frente al sistema médico y de salud moderno, pasando del rol de sujeto pasivo y cliente-consumidor de fármacos al de un sujeto activo y paciente responsable de su propia salud, un cambio de paradigma que forma parte de la lucha de emancipación de los pueblos, proceso que avanza junto al desarrollo de la medicina cientifica alternativa.
Videotecas Sociopolíticas
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Caracas 18 de septiembre de 2011
El milagroso dióxido de cloro, conferencia de Andreas Kalcker
La matriz de la vida
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