La Historia de las Cosas

La historia de las cosas que pueblan todos los rincones de nuestra vida, desde hace milenios y sobre todo en los siglos XIX y XX, ha sido descrita, narrada y representada por filósofos, historiadores, políticos, sociólogos, artistas, explotadores y libertadores. Un indeterminado número de sujetos, desde cada uno de sus ámbitos de acción en la vida social, han interpretado y descrito el mundo de las cosas: el espacio de la creación de los bienes materiales utilizados en y para la reproducción de la vida humana.

Entrado el siglo XXI, la narración de todas las historias de las cosas encuentra una de sus posibles síntesis en las propuestas realizadas desde The Story of Stuff Proyect and Free Range Studios, en cuyas realizaciones de contenidos audiovisuales se utiliza el dibujo animado para lograr la mayor potencia en la transmisión del conocimiento crítico. Con ello se aprovecha la sinergia creada por el sistema de aprendizajes del desarrollo científico-técnico de la sociedad industrial del capitalismo y la economía de mercado, potentes mecanismos con los cuales se ha amaestrado y domesticado a todas las sociedades del planeta: el audiovisual, la mejor y más sutil herramienta, inventada para la entretención y educación, pero utilizada por el status quo político-económico-social para establecer un férreo control social sobre el ganado humano de explotación en la esclavitud contemporánea. 

La herramienta audiovisual, a lo largo de la segunda mitad del siglo XX ha sido perfeccionada, dirigida, aplicada y rediseñada por el Centro de Investigación y Desarrollo de Hollywood, el Ministerio de Instrucción Pública Global de facto, institución que desde las sombras ha planificado y llevado a cabo la instrucción pública universal de La Globalización sin autorización de gobierno alguno, sin tampoco poner a discusión sus más destacadas unidades curriculares como: violencia callejera, crimen organizado, explotación  y prostitución de menores, pornografía infantil, consumo de alcohol y sustancias tóxicas, derroche material indiscriminado, compras compulsivas de mercancías, corrupción ética y moral de funcionarios públicos y ciudadanos, destrucción del medioambiente a favor de la industria, ley de la selva en la competencia mercantil, darwinismo social y la corrupción política, judicial y policial. 

Toda esta instrucción pública se ha materializado como software cultural de los pueblos, de facto, como entretención cultural, arrasando con toda instrucción y educación pública nacionales, sin que las instituciones democráticas de los países afectados hayan hecho algo por impedirlo. El currículo neoliberal con sus unidades curriculares de explotación, saqueo, miseria y muerte circula con prisa y sin pausa por todo el mundo, de la mano de los instructores de la pedagogía de la esclavitud estética diseñada por Hollywood. Las formas prevalecen por encima de los contenidos es ley universal.

The Story of Stuff Proyect and Free Range Studios, entre sus aportes a la producción audiovisual crítica, para la alerta y toma de conciencia sobre  los peligros del mundo de la producción y consumo material en que vivimos, ha producido unos cortos documentales los cuales propagados por el mundo a través de Internet, en su género, se han convertido en Clásicos Cortometrajes Críticos del siglo XXI, sus criterios de producción audiovisual son opuestos a la visión del productor y realizador del cine clásico, quienes, excluyendo  las correspondientes excepciones, estaban más ocupados en  recibir aplausos, condecoraciones, premios, dinero, goce estético y reconocimiento de las élites, en lugar de  estar preocupados por participar en la confrontación política y social a través de la producción y transmisión audiovisual de contenidos críticos.

Los cortometrajes animados realizados por The Story of Stuff Proyect and Free Range Studios  presentados en este espacio, vistos y debatidos sus contenidos de manera amena, en grupos familiares, de vecinos, amigos o compañeros de estudio u trabajo, sin presiones ni objetivos establecidos a priori o poco transparentes, arrojarán como fruto del autoaprendizaje colectivo, un cúmulo de conocimientos muy superiores a los obtenidos durante todo el siglo XX por los relegados Círculos de Estudio, espacios de encuentro para aprender promotores de la lectoescritura, ignorantes por décadas que frente a sus propios ojos, la milenaria herramienta usada para la transmisión y desarrollo de los aprendizajes era reducida a la impotencia por el audiovisual.

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